martes, 12 de marzo de 2024

"Todo cuanto amé" | Siri Hustvedt | miércoles 13 marzo | 20 h

 






CONSERVAR EL RECUERDO

Todo cuanto amé, de Siri Hustvedt, Premio Princesa de Asturias de las Letras, es la historia mecanografiada con tiento de toda una vida
Leo Hertzberg atesora en un cajón pequeños objetos de gran valor sentimental que resumen, así sin más, el paso de sus seres más queridos por el mundo

SONIA ASENSIO los diablosazules@infolibre.es | 24 MAYO 2019




Hablar en pasado supone habitar en el recuerdo. Y más si en un breve título aparecen palabras tan grandes como todo y como amar. Todo cuanto amé (Seix Barral, 2018), de Siri Hustvedt, Premio Princesa de Asturias de las Letras, es la historia mecanografiada con tiento de toda una vida, la del profesor e historiador de arte Leo Hertzberg unido para siempre a su amigo y pintor Bill Wechsler y a las familias de ambos.

Cinco cartas fueron suficientes para que Bill supiera que Violet era la mujer de su vida. “Porque me he pasado la mitad del tiempo deambulando ciegamente por tu cuerpo, ebria de felicidad.  Y aún hay en él lugares que no he visitado”. “Quiero que vuelvas a mí, pero incluso si no lo haces yo ya estoy en ti”. Una de las historias de amor más hermosas que he descubierto en mis últimas lecturas, esta de Bill y Violet. Porque el amor sólo es posible cuando yo y tú, hermosos pronombres, se confunden en la enajenación absoluta. “Tú justificas mi existencia”, dice el poeta. “Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido”.

Leo tiene su particular historia de amor con Erica y se quieren y se admiran profundamente. Juntos construyen una familia. Tienen un hijo, Matt, de la misma edad que Mark, el hijo de Bill y de su primera esposa, Lucille. El camino de la vida se agranda, complica y embellece con los hijos. Y hay que estar preparado para los momentos más felices y para los más pesarosos, aunque estos últimos nos apenen tanto, nos debiliten y agoten si son trágicos o aciagos.

A través de la pintura, de los cuadros y obras de Bill o de las Pinturas negras de Goya observadas por Leo, a través de los estudios literarios de Erica y de las investigaciones de Violet sobre la anorexia o la histeria, el lector asiste con pincelada firme a la narración de la vida de seis personas entrelazadas en las alianzas de la amistad y sólo en el recuerdo, de la misma manera que sólo en la contemplación de un lienzo en un momento concreto, existe un verdadero presente.

Leo Hertzberg atesora en un cajón pequeños objetos de gran valor sentimental que resumen, así sin más, la historia del paso de sus seres más queridos por la vida. Una vida que arranca en los campos de concentración de Auschwitz, que deambula por Nueva York, que se asienta en el hogar construido sobre los cimientos del amor, el cariño, la amistad, pero también socavado por personas que nos cruzan y nos tambalean en sus mentiras, mezquindades y traiciones. Hablo en primera persona ahora porque si nos paramos nosotros también y contemplamos nuestro cajón de objetos valiosos e inútiles, nuestros recuerdos se teñirán de sonrisa, de melancolía y de alguna deslealtad y de alguna amargura. Y, como Leo, nos sorprenderemos de haber guardado al final de ese cajón el último recuerdo y quizás el más importante.

Porque todo esto es lo que amó. Porque esto es la novela. Unas páginas construidas con unos personajes muy sólidos con los que te apetece compartir las tardes de invierno y por qué no, todos los momentos que te permite el día. Porque Todo cuanto amé es una novela que te invita a leerla como las novelas de antaño, es decir, del tirón. Una novela que aleja sin remordimiento las obligaciones para poder observar como el visitante de una galería de arte, la vida. La vida, en este caso descrita a través de la belleza de la creación de un talentoso pintor y de la dureza y la amargura que lleva implícita. Como dice mi madre con gran sabiduría, las cosas buenas y malas, sólo cambian de casa.

Verán que no cuento mucho del argumento. Y es que sería una osadía. Para saber por qué esta es una gran novela deben abrir ustedes solos el cajón de Leo. Conocer a Matt y a Mark. Leer las cartas de Violet. Y llegarán conmigo a la certeza de que Siri Hustvedt ha escrito una obra portentosa que nos acerca a nosotros mismos, a nuestras reflexiones más íntimas. Y porque es literatura y es mentira, pero sus personajes se quedan a este lado de las páginas, ya con el libro cerrado para siempre.

Fuente: https://www.infolibre.es/noticias/los_diablos_azules/2019/05/24/todo_cuanto_ame_siri_hustvedt_95277_1821.html


 









martes, 13 de febrero de 2024

"Las alegres" | Ginés Sánchez| jueves 14 febrero | 20 h

 




UNA LATINOAMÉRICA DE LA MENTE: SOBRE 'LAS ALEGRES' DE GINÉS SÁNCHEZ

Las alegres transita del lado de la vida, claro. Y también nos ayuda a nosotros, lectores de aquí y de allá, a encontrar en ese valiente pasarse de la raya una literatura que convive con la historia

Algo en mi interior, una fuerza poderosa que se suele denominar oficio pero que en mi caso tiende a hacerme llenar páginas y páginas de tópicos, casi teclea por mí un arranque diferente a este texto: Esta no será una reseña al uso. Así. A pelo. Sea lo que sea una reseña al uso, vamos a huir de ella. Casi estoy por añadir que toda reseña al uso empieza advirtiendo que no lo será.

¿Qué es, entonces, una reseña al uso? ¿Existe, es concebible una reseña al desuso? ¿Qué reacciones nos provoca la literatura usual? ¿Y la inusual? ¿Quién dice qué es el uso literario, qué el abuso, qué ha caído en desuso? ¿Qué libro ha quedado inconcluso, dejándote patidifuso, obtuso o tal vez hasta bielorruso? Esta reseña se va a ocupar de lo que entendemos por uso, descontando sindicatos.

En Las alegres (Tusquets, 2020), Ginés Sánchez ubica al lector en una Latinoamérica sintética, una Cheetah más collage que ficción que actualiza una tradición de toponimias literarias que pasa, sí, por Comala o Macondo, y también -claro- por la Santa Teresa de Bolaño, pero también por la San Cristóbal de Andrés Barba en República luminosa o el Puesto del Este de Cristina Fallarás.

La técnica es fragmentaria y coral, con la apabullante perfección técnica marca de la casa a que nos tiene acostumbrados Sánchez: cada escena marcha a un ritmo -narrativo y sintáctico- propio pero sincronizado con el tiempo macro de la novela. El trabajo con el lenguaje es ingente, si bien más sutil que en anteriores obras del autor, que ha hecho del virtuosismo con los infinitos registros del español americano seña de identidad desde Los gatos pardos. Documentos policiales, académicos, sociológicos, históricos, periodísticos se intercalan con diálogos que amplían la toma hasta los poros de la piel, en escenas de crudeza contenida, horror semielidido que toma del archivo subconsciente del lector el ingrediente que falta para una experiencia literaria intensísima.

Ahora deténgase, querido lector, y relea los dos últimos párrafos: he ahí mi reseña al uso, y he necesitado demostrarle que podía hacerla. Ya puede usted salir con toda tranquilidad de este texto, que transitará en adelante por un territorio estrictamente extraliterario.

Esto es, extraliterario si para usted la literatura es tiki-taka adjetival y virtuosismo en la relojería, y todo lo demás es literatura. En caso contrario no tema, en este texto no estamos a Rolex. O sí. Estamos a setas y a Rolex, como siempre. Tema setas: en Las alegres hailas. Muchas. Un grupo de mujeres se organiza, en un contexto de extrema violencia machista estructural, para pasar a la acción. Toda la novela persigue pistas de esa acción, que siempre parece quedar detrás de un velo, de un subgrupo dentro de otro subgrupo, de una conocida de una conocida. Sin embargo, y aunque la acción no pueda ser documentada, aparecen cadáveres. De hombres esta vez. No inocentes. La prensa de Cheetah, así como su masculinísima intelectualidad, enloquece: qué está pasando con estas mujeres locas, adónde vamos a llegar, qué nueva enfermedad corroe nuestra sociedad y nuestra moral.

Y aquí llegamos al triple salto mortal, el rasgo que le otorga a Las alegres su genuino sabor: cuando las críticas al uso que la novela ha despertado se emparentan con los textos que, dentro del libro, analizan sin mucha fortuna el alzamiento feminista que sacude el país. Los pero a dónde vamos a llegar se mezclan con los esto ya no es literatura, los cuando las mujeres usan la violencia pierden la razón con los qué necesidad había de hablar de esto (cito todo el rato de memoria). Límites. Usos. Quién los traza. Quién los vigila. Quién sanciona qué es terrorismo, qué protesta, qué panfleto, qué literatura.

Las alegres se instala en un terreno literario explosivo que sacude los cauces de un canon implosivo, se posiciona de otro lado, obliga a mentes biempensantes al uso a remarcar esos buenos usos de toda la vida, cuando los libros no se salían del repertorio narrativo y moral reglamentario. Las alegres transita del lado de la vida, claro. Y también nos ayuda a nosotros, lectores de aquí y de allá, a encontrar en ese valiente pasarse de la raya una literatura que convive con la historia, con la violencia, con el pánico, con el dilema, con el valor. Con la vida de las mujeres, en suma.


JOSÉ DANIEL ESPEJO

Fuente: https://www.eldiario.es/murcia/leer-el-presente/latinoamerica-mente-alegres-gines-sanchez_132_6229502.html


LAS ALEGRES, PREMIO AL LIBRO MURCIANO DE 2020

ENTREVISTA A GINÉS SÁNCHEZ 


miércoles, 24 de enero de 2024

"Hamnet" | Maggie O'Farrell | jueves 25 enero | 20 h

 


"Hamnet" es el nombre del hijo de William Shakespeare, que murió a los 11 años. La novela de Maggie O'Farrell recrea el ambiente histórico pero es mucho más que eso.

El título de la novela es engañoso: en realidad, la protagonista es Agnes, la madre de Hamnet y esposa de Shakespeare. Se sabe que se llamaba Anne Hathaway pero su padre, en el testamento, la llamó Agnes y O’Farrell prefirió este nombre, quizá para acentuar la operación especulativa. Es una gran idea porque este cambio de nombre y, después, nunca mencionar por el suyo a Shakespeare produce un distanciamiento grato y convierte a Hamnet en algo muy diferente a una novela histórica o un intento de reconstruir las vidas de personajes casi mitológicos aunque en alguna medida esté inspirada en hechos y lugares reales.

La ausencia del nombre de William aleja cualquier efecto trillado de intentar “imitar” el habla del hombre-mito. Agnes, entonces: el pueblo la considera una bruja, una criatura del bosque; es una joven hermosa que conoce los poderes de las hierbas y la naturaleza, como muchas mujeres de su época, como su propia madre. Y como muchas otras, es analfabeta. El profesor de latín (Shakespeare) la ve entrenando un ave de presa e inmediatamente lo fascina su gracia y valentía. Es un poco más joven que ella y lo enloquece la capacidad visionaria de Agnes de (casi siempre) adivinar el futuro.

La novela funciona en dos planos narrativos y en varios registros. Por un lado está el presente: Hamnet, su enfermedad (no se sabe de qué murió el hijo de Shakespeare: O’Farrell imagina una posibilidad) y por el otro, el romance del padre y la madre, junto con los problemas familiares de ambos y el crecimiento de Agnes de chica arisca e hija de un granjero rico a curandera excepcional. Los registros incluyen la vida cotidiana de las mujeres, cierto aire sobrenatural dominado por la figura élfica de Agnes y la reconstrucción de época, desde la tarea de vender guantes hechos en una granja hasta cómo llega la peste desde Alejandría al pueblo de Stratford, en un capítulo deslumbrante que sigue la trayectoria de las pulgas infecciosas entre cristales de Murano y grumetes y monos amaestrados.

El campo, el pueblo la ciudad; la enfermedad, los lazos familiares, las plantas medicinales; el amor y sus desvelos y altibajos. Hamnet es una novela sobre el duelo y el escándalo de la muerte de un niño, y cómo una pareja que se ama intensamente puede resquebrajarse ante el dolor y las diferentes formas de afrontarlo que asume cada uno. En la segunda parte, Hamnet ya no tiene capítulos sino fragmentos, algunos más breves que otros, como si intentara reflejar esa rotura, la que provoca la ausencia y la de la pareja que se aleja porque el dolor los lleva por diferentes pasajes. Hamnet tiene escenas inolvidables: la costura de la mortaja del niño y su entierro es un pasaje desgarrador, y la primera escena de sexo entre Agnes y el profesor del latín en el galpón de las manzanas es de un erotismo para nada tímido aunque tierno y estilizado. 

Y lo más notable, quizá, es que aunque tiene la apariencia de una novela histórica y un verosímil de construcción magistral (todo el tiempo estamos leyendo, sin dudas, sobre Shakespeare y su familia) también hay algo etéreo, fuera del tiempo, que nos dice esto es especulación, esta también es la historia de cómo nos extraviamos cuando se suelta esa estaca que parece tener amarrado al mundo. 

Cómo nos perdemos en el duelo y cómo también, a veces, en esa oscuridad encontramos la trascendencia.

Mariana Enriquez
https://www.pagina12.com.ar/400195-hamnet-de-maggie-o-farrell



El único retrato que se cree que representa a Anne Hathaway



 

lunes, 11 de diciembre de 2023

"La mala entraña" | Elena Alonso Frayle | miércoles 13 diciembre | 20 h

 





 
jueves, 12 de diciembre de 2019
El XVI Premio Setenil

Dicen que a la tercera va la vencida, y, en mi caso, el refrán se ha cumplido rigurosamente, pues, tras tres ocasiones en que un libro de mi autoría quedaba finalista en este premio, a principios de noviembre me comunicaron que mi volumen de relatos "La mala entraña" (Baile del Sol) había sido elegido como el ganador de la edición de este año.

El Premio Setenil, otorgado por el Ayuntamiento de Molina de Segura, distingue anualmente al mejor libro de relatos publicado en España. Recibe la denominación informal de "Óscar del cuento"; se trata, en cualquier caso, del referente más importante del país en cuanto a calidad en el género breve. Para un cuentista, la máxima distinción a la que puede acceder en España.

Estas fueron algunas de las consideraciones del jurado en su fallo:

Con su escritura absorbente, Elena Alonso Frayle urde unas historias de tensión creciente que persuaden y perturban, que atraen irresistiblemente e incomodan, que hablan de comportamientos atávicos y de pulsiones indeseadas pugnando por abrirse paso, unas historias que reverberan después de la lectura (...). Hay un equilibrio perfecto entre la madurez expresiva y la provocación inquietante. Y la suma de magníficos diálogos y de finales ambiguos redondea la precisión, la inteligencia y la extrañeza de un libro de una sutil ferocidad.

(del blog de Elena Alonso Frayle: https://elealonsofrayle.blogspot.com/)


DOS RESEÑAS DE La mala entraña

Conocía el nombre de Elena Alonso Frayle por ser la ganadora de diversos certámenes de cuentos. El hecho de que este año su libro La mala entraña haya recibido el Premio Setenil, que se concede al mejor libro de cuentos editado en España, me ha llevado a adquirirlo. 

Lo he leído de un tirón y puedo decir que he disfrutado mucho. Sin duda, el aspecto que más me interesa es la capacidad para narrar las historias con una agilidad casi inusitada y una incuestionable facilidad para indagar en la materia psicológica y conductual de los personajes. Acabado el libro, tiene uno la sensación de que Elena Alonso es una escritora que aborda cuestiones cotidianas –turbias pasiones y extraños pensamientos– y las narra impecablemente. 

Diría que sabe capturar al lector con las primeras líneas y llevarlo hasta las últimas. Esta era –y recuerdo de memoria– una de las más eficaces cualidades que debía poseer un cuentista, según el maestro Horacio Quiroga. Y Elena Alonso sabe hacerlo.

Bastaría con leer el cuento “La buena hija”,  ganador del LXVI Concurso Literario de “La Felguera” –certamen de incuestionado prestigio–, para comprobar por qué vale la pena leer estos relatos. No sin cierto temor, me atrevo a decir que este cuento es un relato excepcional, un cuento que plantea el sinsentido del terrorismo etarra y cuestiona el valor de los afectos en un mundo destruido por los odios. Es el cuento perfecto para expresar las secuelas de la violencia etarra, así como Patria de Aramburu es la obra que desvela esa anomalía histórica que muchos han padecido.

Con una mayor ambición constructiva, en “La mujer promiscua”, la autora recrea dos mundos: por un lado, el declive creativo de un escritor que acude a Zagreb para dar una charla en el Instituto Cervantes; y, por otro, el impacto que su intérprete (Silvija) le produce: una mujer que aúna entereza y sensualidad, belleza y misterio, y que poco a poco le va descubriendo el origen de un secreto que oculta, un material narrativo que descubre las violaciones de todo tipo cometidas durante la guerra de los Balcanes, porque se trata de un dolor que necesita ser narrado.

En “Misericordia” se combinan varios elementos temáticos: la exuberancia corporal de una bella mujer que amamanta a su hijo; sus fantasías sexuales en las que tienen cabida una extraña compasión hacia un discapacitado, que llega incluso a excitarla y a sentir que la culminación de ese deseo sería algo así como un ejemplo de misericordia y generosidad; y la tensión y el miedo que ella siente también ante la imprevisible obsesión de Jonás (el joven discapacitado), quien la desea. Estos aspectos, perfectamente encajados, van tensionando el argumento de un relato que se cierra con un final abierto.

En “La calle de Mary Quant”, quizá uno de mis preferidos, asistimos a la frustración que siente una mujer al descubrir que un antiguo amante no la reconoce, o tal vez sea todo una confusión o un error de Mabel, una mujer casada y con dos hijas que aprovecha un fin de semana sola para invitar a su antiguo amante, un relevante filósofo. Ella asiste a escuchar la conferencia que Horacio va a impartir y decide invitarle a su casa a tomar un vino francés especialmente comprado para la ocasión. Pero Horacio no la reconoce ni recuerda nada, mientras al otro lado de la puerta se escucha la parada del ascensor que anuncia que Juan, el marido de Mabel, ha regresado de manera inesperada. Un final sugerente en un cuento en el que las palabras de Mabel pueden ser certeras: “A lo mejor todos vivimos equivocados con nuestros recuerdos y con la trama de añoranzas con la que fraguamos nuestros anhelos” (p. 167).

El cuento que da título al libro, “La mala entraña”, es un ejercicio narrativo sobresaliente, pero basado en un argumento ciertamente vacuo: la conciencia del mal acaba apareciendo en unos personajes que se cuestionan el dolor que provocan sus reiteradas bromas y maldades.

Con un estilo limpio y cuidado, ajeno a ciertas florituras estilísticas, desenreda los argumentos de sus relatos con una gran maestría. En el cuento que cierra el volumen, “El ojo de Dios”, se crea una atmósfera inquietante que sugiere un final trágico, si bien el elemento mágico de un “ojo” en el techo del baño introduce cierta polisemia en un final otra vez abierto. Además, desliza también algunos aciertos expresivos: “Enseguida se formaba una cordillera de espuma algodonosa sobre el lecho del agua, y a Irene le gustaba sumergirse hasta que le brotaban arrugas en las yemas de los dedos” (190).   

Julián Montesinos Ruiz
https://dontejoquidelapanza.blogspot.com/search/label/Alonso%20Frayle%20Elena





Otra sorpresa agradable para empezar el mes de agosto: los magníficos relatos que forman La mala entraña, de Elena Alonso Frayle, publicados por la editorial isleña Baile del Sol, donde se analizan con escrupulosa exactitud y con encomiable belleza literaria multitud de emociones del ser humano.

Aquí nos encontramos con chicos aburridos y malévolos, que no dejan de planear y ejecutar gamberradas (telefónicas y personales), hasta que su líder pergeña una que incluso a ellos les provoca un escalofrío (“La mala entraña”); o descubrimos la inquietante electricidad sexual que se genera entre una madre lactante y su joven vecino discapacitado (“Misericordia”); o contemplamos qué siente y cómo se comporta la hija de un etarra cuando su progenitor se encuentra en los últimos días de una enfermedad terminal (“La buena hija”); o nos desasosiega el corazón el modo en que una mujer madura aprovecha el fin de semana en que sus hijos y su marido se encuentran fuera para recuperar la relación con un viejo amante parisino de su juventud (“La calle de Mary Quant”); o nos subimos en avión con una madre amargada, triste e iracunda, que viaja a Nueva York para acompañar a su hija antes de que sea tarde (“Amados hijos muertos”); o nos enfurecemos con la crueldad sádica de una sirvienta, que atormenta a una niña rica con imágenes perturbadoras (“El ojo de Dios”).

El volumen, elegante y airoso, no decae en ningún momento, y demuestra que la autora (varias veces finalista del premio Setenil, además de ganadora de premios como el Alandar o el Ala Delta) es un valor firme de la narrativa actual, con un impresionante futuro. 

Conviene estar pendiente de sus libros: nunca defraudan.

Rubén Castillo
https://rubencastillo.blogspot.com/2019/08/la-mala-entrana.html





The destructors - Los destructores
(1954)
Un cuento de Graham Greene mencionado 
en el relato La mala entraña

FUE LA VÍSPERA del Día Feriado de Agosto cuando el último recluta se convirtió en el jefe de la pandilla de Wormsley Common. A ninguno le causó sorpresa excepto a Mike; pero a Mike, a los nueve años, todo le causaba sorpresa. “Si no cierras la boca”, le dijeron un día, “se te va a meter una mosca”. Desde entonces Mike mantenía los dientes cerrados como una ostra, salvo cuando la sorpresa era demasiado grande.




lunes, 13 de noviembre de 2023

"El olmo del Cáucaso" | Jiro Taniguchi & Ryuichiro Utsumi | miércoles 15 noviembre | 20 h

 



Jiro Taniguchi es un viejo conocido de esta página. Al hablar del excepcional autor japonés en seguida salen conceptos como “humanismo”, “memoria”, “detalle”, “delicadeza”, «intimismo», “sentimiento”, “profundidad”, “calidez”, etc. que adornan la verdad incontestable de que estamos ante un maestro de lo suyo. Y lo suyo es el alma humana. En formato de cómic, sí, ¿pero desde cuando el alma humana entiende de vasijas o recipientes?


El olmo del Cáucaso, publicado en Japón en 1993, revalida observaciones anteriores: el dibujo es precioso; la narrativa, clara y exacta; las historias, evocadoras. Su pincel explora y despliega una anécdota encantadora, desde entonces inolvidable. Todo esto se ha dicho antes; acaso mejor. En este sentido, los ocho relatos reunidos bajo este epígrafe son “más de lo mismo”. Entendido que esto mismo es, en realidad, maravilloso y no queremos que cambie.




Observamos, con todo, nuevas constantes, pequeñas divergencias, acordes que no desentonan, pero que suben la melodía una octava: la enfermedad, el temperamento artístico, visos de misoginia, cierto moralismo de la vieja escuela, sin duda extraídos de la literatura de Utsumi. Ryuichiro Utsumi, novelista japonés (1937-2015) y completo desconocido por estos lares, cedió su prosa a las imágenes de Taniguchi, un vibrante maridaje que ni siquiera sospecharíamos de no reparar en la abundancia de los cuadros de texto, más “literarios” de lo que acostumbra, y la sutil insistencia en asuntos relativos al ocaso de la vida que podrían quedar enmascarados entre la interpelación habitual a la memoria, por una vez desligada de la figura paterna.



El olmo del Cáucaso es puro Taniguchi. Y amamos a Taniguchi porque…

… sus personajes viven y respiran, pero su bonhomía no se detiene en los seres humanos sino que abarca a toda la creación. En el bello cuento que da título al volumen (págs.5-30) descubrimos que las cosas que apreciamos, que hemos llegado a amar como parte de nosotros mismos, nacieron a veces como incomodidad o incomprensión, una piedrecita en el engranaje de los cuidadosos proyectos que fútilmente habíamos planeado. Un árbol puede encerrar la esencia de lo que somos y servirnos de espejo en nuestra relación con la naturaleza y los demás.

… nuestros actos son a veces malinterpretados, sobre todo si un adulto pretende discernir los sentimientos de un niño. En El caballo blanco de madera (págs.31-56) volvemos a recrearnos en la maestría de Taniguchi para las expresiones faciales. Una fina línea, ligeramente curva, puede ser todo lo que necesitamos para destapar el cariño escondido tras los labios. En El paraguas (págs.107-134) los dos hermanos, distanciados tras el divorcio de sus padres, van creciendo ante nuestros ojos, conservando sus rasgos esenciales, pero ocultando tras despechos, mimos o indiferencia la naturaleza de sus afectos.

… la vida juega malas pasadas y a veces hacemos daño a quienes amamos sin razón aparente. En Reencuentro (págs.57-82) un diseñador de fama descubre por casualidad la presencia cercana de su hija, a quien abandonó cuando era un bebé. El éxito profesional no ha borrado las decepciones de la vida, implantadas ya en ese pelo que ralea, esas gafas necesarias y esos kilitos de más. El recuerdo de una infancia truncada queda preso en un cuadro triste expuesto en una galería que pide a gritos una reconciliación.

 … la felicidad reside en las cosas sencillas, especialmente a medida que lo que nos queda por delante es bastante menos que lo que hemos dejado atrás. En La vida de mi hermano (págs.83-106) dos ancianos charlan en una fonda sobre los distintos caminos tomados y sus consecuencias. En Los alrededores del museo (págs.135-160), Taniguchi destina una de sus raras splash page a una pareja de jubilados sentados en un parque, compartiendo delicadas confidencias una tarde de verano. En la 1ª, el autor dibuja cada ventana, calle o línea telefónica, en insuperables fondos que respiran autenticidad; en la 2ª, la pequeña naturaleza urbana de cielos pletóricos y árboles en flor inyectan su vitalidad a los cansados cuerpos de los protagonistas.

 … la infancia nunca fue ese paraíso que nos empeñamos en recrear. En Atravesando el bosque (págs.161-186) un chaval descubre durante una improvisada excursión que empieza a comprender las trampas del mundo adulto y envidia la ingenuidad de su hermano menor, que -a sus decepcionados ojos- tiene todavía una oportunidad de ser feliz.

… la soledad y la incomprensión pueden confundirse con desprecio o maldad. En la emotiva Su pueblo natal (págs.187-214) una joven francesa sobrevive a una terrible pérdida abrazando las costumbres de su país de adopción. El arte del katazome (tintura realizada con plantilla) le servirá para encontrarse a sí misma y a los demás.

 

 

En definitiva, Taniguchi lo ha vuelto a hacer. Si gustan -como yo- de las historias cortas, de los pequeños retazos de vida que tan bien retrata el autor, este volumen, publicado por Ponent Mon en 2004, les hará pasar unos gratos momentos. Contiene, al menos, dos obras maestras (El olmo del Cáucaso y Su pueblo natal) que nadie debería perderse. La edición, como viene siendo habitual, es la versión adaptada al sentido de lectura occidental por Frédéric Boilet (La espinaca de Yukiko), según expreso deseo del autor nipón.


Javier Agrafojo

https://www.zonanegativa.com/el-olmo-del-caucaso/






sábado, 14 de octubre de 2023

"Espinosa Pardo. Historia de un confidente" | Paco López Mengual | miércoles 18 octubre | 20 h

 



Este miércoles, a partir de las 20 h,  el club de lectura Dante recibirá a Paco López Mengual, con quien compartiremos impresiones sobre su última publicación, la novela de no ficción Espinosa Pardo. Historia de un confidente, libro que hemos leído durante las últimas semanas.



 

«Espía, confidente de la policía, sindicalista y militante del PSOE durante la transición; guerrillero del Frente de Liberación Nacional argelino, miembro del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota –FRAP–; integrante de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre –GRAPO– y lugarteniente en Madrid del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario –MPAIAC–. Fueron algunas de las aristas de la vida del murciano José Luis Espinosa Pardo, un personaje “siniestro, poliédrico y oscuro”, le define Paco López Mengual, autor del libro 'Espinosa Pardo. Historia de un confidente' publicado recientemente en la editorial 'La Fea Burguesía'.

 “La historia detrás de este libro es larga y es la historia de una obsesión”, cuenta el también murciano López Mengual. La investigación para armar el relato le ha llevado doce años, pero lleva “toda una vida fascinado por este personaje”...».

[seguir leyendo…]

 

Finalizaremos nuestro encuentro con la proyección del tráiler del documental José Luis Espinosa, el espía,  dirigido por Alfonso Palazón y basado en el libro de López Mengual que, en 2022, obtuvo dos importantes premios en el Film Festival Internacional Avanca (Portugal). ´

 


Un día, le hablé al cineasta Alfonso Palazón de mi relación con José Luís Espinosa Pardo y me propuso realizar una película documental donde se recogiera su azarosa vida llena de viajes, de sobresaltos y de contradicciones. Ante nuestro asombro, el viejo espía aceptó y no dudó en colocarse ante nuestra cámara para narrar y desvelar algunos de los episodios más truculentos de su larga vida, algunos de los episodios más sucios de la aparentemente modélica Transición.

Paco López Mengual (La Opinión de Murcia, 27.11.2016)

 


¡OS ESPERAMOS!


lunes, 18 de septiembre de 2023

POESÍA & ENSAYO | miércoles 20 septiembre | 20 h

 



Iniciamos nuestro nuevo curso con las lecturas que nos han ocupado este verano: el poemario Las sumas y los restos, de Ana Pérez Cañamares, y el ensayo No-cosas. Quiebras del mundo moderno, de Byung-Chul Han.


LAS SUMAS Y LOS RESTOS
Ana Pérez Cañamares

MIRAR EL MUNDO. Las sumas y los restos obtuvo el Premio Blas de Otero Villa de Bilbao en el año 2012. Es un libro que convierte en puntos cardinales la memoria y que descubre nuevos recuerdos que se reponen a los que ha borrado el tiempo. Este libro es una suma de recuerdos pero también es una resta de futuros. Este libro es todo lo que lleva y todo lo que ha traído; son las ramas de un camino intenso y sosegado.

Filtrar la realidad a través de unos versos es un privilegio al alcance de unos pocos elegidos, aquellas personas dispuestas a ver el mundo con una mirada especial. Así lo hace Ana Pérez Cañamares, y así lo lleva haciendo media vida a juzgar por sus numerosos poemarios.

En esta ocasión, ese balance al que se refiere el título arranca con una primera parte que se extiende durante casi todo el volumen, “Mapas”, y que se nos presenta bajo los epígrafes de los cuatro puntos cardinales, cuatro decisiones que marcan el camino de la autora en momentos clave de un viaje que es común al ser humano, lleno de satisfacciones, amarguras, naufragios, silencios, amores y tristezas.

En suma, un viaje que nos hace sentirnos vivos, dándonos siempre las dos caras de una moneda que a veces hemos de lanzar al aire suspirando para que caiga del lado que deseamos. Esto, que para otros autores puede convertirse en algo parecido a un calvario, lo resuelve Ana Pérez Cañamares con unos versos sentidos y profundos, pero sin caer en los enigmas indescifrables, sino invitando al lector a compartir esas imágenes que nos lleven a sentir tanto como a reflexionar.

Como colofón, el último bloque de poemas, titulado “Tesoros”, es seguramente el más íntimo, el que recoge la mirada de la autora hacia sus padres, hacia el pasado compartido con ellos, hacia la nostalgia y los recuerdos que también forman parte de nosotros, que también nos han hecho ser quienes somos. Versos, sin duda, para que todos sumemos.

Antonio Parra Sanz
https://www.elquintolibro.es/2020/08/resena-de-las-sumas-y-los-restos/




Ana Pérez Cañamares nació en 1968 en Santa Cruz de Tenerife, pero desde que tiene un año reside en Madrid. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid trabaja como administrativa para la Universidad Nacional de Educación a Distancia. 

Su carrera poética empieza con la publicación en el año 2007 del libro La alambrada de mi boca (Editorial Baile del Sol). En la misma editorial se publicó su primer libro de relatos En días idénticos a nubes y su segundo poemario, Alfabeto de cicatrices. En 2013 Las sumas y los restos fue «V Premio de Poesía Blas de Otero- Villa de Bilbao 2012».

Algunos de sus cuentos han aparecido en antologías como Por favor sea breve (Páginas de Espuma), Mujeres cuentistas (Baile del Sol), Beatitud. Visiones de la Beat Generation (Baladí) o Al otro lado del espejo. Narrando contracorriente (Escalera), entre otras. También colabora con sus poemas en las antologías Resaca/Hank Over. Un homenaje a Charles Bukowski (Random House Mondadori), 23 Pandoras. Poesía alternativa española (Baile del Sol), La manera de recogerse el pelo. Generación Bloguer (Bartleby), así como en distintas revistas impresas y digitales. También ha participado en el encuentro poético Voces del extremo.





En 2019 publica Querida hija imperfecta, poemario que gira en torno a la maternidad, y en 2020, La senda del cimarrón. 

La antología Fricción se publica en 2022.

OBRA

2007 -  La alambrada de mi boca. Baile del Sol.
2009 -  En días idénticos a nubes. Baile del Sol.
2010 -  Alfabeto de cicatrices. Baile del Sol.
2012 -  Entre paréntesis. Casi cien haikus -  La Baragaña.
2013 -  Las sumas y los restos. Devenir. Premio Villa de Bilbao, 2012. Reedición en 2019 Ed. Ya lo dijo Casimiro Parker
2014 -  Economía de guerra. Ediciones Lupercalia.
2016 -  De regreso a nosotros. Ed. Ya lo dijo Casimiro Parker.
2016 -  Ley de conservación del momento.
2019 -  Querida hija imperfecta. Ed. Ya lo dijo Casimiro Parker.
2020 - La senda del cimarrón. Ed Ya lo dijo Casimiro Parker.
2022 -  Fricción (Antología 2007-2021) Bartleby Editores.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_P%C3%A9rez_Ca%C3%B1amares









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NO-COSAS. Quiebras del mundo de hoy
Byung-Chul Han


"NO-COSAS", EL NUEVO LIBRO DE BYUNG-CHUL HAN. El filósofo coreano Byung-Chul Han es uno de los pocos filósofos que en la actualidad ha alcanzado un reconocimiento mediático. La gran mayoría de sus obras han sido traducidas a varios idiomas y se han vendido por millares alrededor del mundo. Su obra se apoya en una profunda tradición filosófica que abarca desde el Zen hasta Heidegger para interpretar los asuntos puntuales de nuestro tiempo. Su obra más reciente, "No-Cosas: Quiebras en el mundo de hoy" (Taurus, 2021), aborda una reflexión crítica sobre el capitalismo digital, enfocándose esta vez en la naturaleza de los objetos.

Para Han, el capitalismo digital en su manifestación de "economía de la atención" ha llegado a ser sinónimo del dataísmo y de una cada vez menor dependencia de los objetos físicos. La excepción es el Smartphone, el puerto de entrada al universo inmaterial, que es la raíz omnipresente de la información. El objeto que permite abandonar todo los demás objetos. Sin embargo, el filósofo entiende que esta pérdida de los objetos es una cuestión preocupante, una desaparición del espacio físico, tanto del trabajo manual como de las interacciones físicas. Asimismo, esto significa una pérdida del valor a la vez simbólico y carnal de objetos como los libros, los discos, los muñecos, etc.

Estos objetos, que podían absorber una especie de propiedad espiritual y adquirir una cualidad de fetiche que servía para arraigarnos en el mundo físico, desaparecen. Por supuesto, la pérdida de los objetos es también la pérdida del soporte de la materialidad: la naturaleza misma, los bosques, ríos, mares y cielos que no son solamente la base material de la vida, sino los puntos de encuentro con la belleza y la inspiración. "Ya no vivimos en el cielo y en la tierra", dice Han, sino "en la nube y en Google Earth". Espacios virtuales, intangibles, fantasmagóricos y nebulosos en los que no hay materia palpable y sensual. O la sensualidad es menor, porque, pese a la cada vez mayor "fidelidad" de la tecnología, la interacción digital no puede competir con la riqueza sensorial de la presencia.

Haciendo eco de la intuición fundamental de McLuhan -que la tecnología amputa a la vez que extiende nuestra percepción-, el filósofo coreano señala que hoy llevamos el smartphone a todas partes y delegamos nuestras percepciones en el aparato. Percibimos la realidad a través de la pantalla. La ventana digital diluye la realidad en información, que luego registramos. No hay contacto con cosas. Además, no solo no hay contacto sino que acrecentamos cada vez más el potencial de aislamiento al alimentar incesantemente a las plataformas digitales con nuestra información.

Además, Byung-Chul Han propone que las cosas no nos espían y que por tanto, tenemos confianza en ellas. El smartphone ya no sólo es un infómata, sino un informante que vigila permanentemente a su usuario. Según él, se trata de un mecanismo de control puesto que las compañías que controlan los datos y que pueden emplear la información para moldear nuestro comportamiento y crear nuevos y más poderosos algoritmos que nos mantienen enganchados en la "droga digital": "Estamos a merced de ese informante digital, tras cuya superficie diferentes actores nos dirigen y nos distraen".

Han ha sido muy crítico de la sociedad capitalista, en la que todos nos sometemos a nosotros mismos para producir más. En esta nueva obra, su lenguaje se radicaliza vehementemente en contra del uso de la tecnología digital. Utiliza el lenguaje de la religión y el de la opresión política para describir a los aparatos, las plataformas y los comportamientos de la sociedad digital del mundo de hoy.

Desde hace años se juega con la idea de que el smartphone es una especie de gadget religioso, como el monolito de "2001: Odisea en el espacio". Hoy en día, lo que antes parecía una interesante pero hiperbólica analogía parece ser una verdad literal. El oscuro genio de la tecnología capitalista es que el despliegue de su poder coincide con la ilusión de la libertad y del poder del consumidor: "En un sistema que explota la libertad, no se crea ninguna resistencia. La dominación se consuma en el momento en que concuerda con la libertad". Para Han, esta advertencia viene a la mente con la profecía de Huxley de que el control ocurriría a través del entretenimiento y la proliferación de información irrelevante, de una especie de libertinaje sin brújula, más que de un estado de represión.

El control opera fomentando la sensación de libertad: somos libres de elegir entre partidos políticos, cuyas diferencias son solamente fachadas, de siempre poder solicitar más entretenimiento, más artículos de consumo al instante, más información, y todo cada vez más complaciente, más hecho a nuestra medida, según el decreto divino del "me gusta". Olvidamos que la libertad no es sólo el ejercicio del libre albedrío en bruto; es la capacidad de elegir conscientemente, de saber qué es bueno. La libertad requiere del conocimiento y no sólo de la información.

En "No-cosas. Quiebras en el mundo de hoy", Han sugiere que el smartphone es una especie de objeto de dominación religiosa que estabiliza la dominación al hacerla habitual y anclarla en el cuerpo. Ser devoto es ser sumiso. El smartphone se ha establecido como devocionario del régimen neoliberal y como un aparato de sumisión que es tan móvil y manejable como el gadget digital. El "like" es el amén digital. Cuando damos al botón de "me gusta", nos sometemos al aparato de la dominación.

Finalmente, Han asegura que el smartphone se ha convertido en una válvula de escape hacia nuestro espacio seguro. Un espacio egoísta, amurallado por los señores feudales del Big Tech. Y cuenta una anécdota: según algunos dentistas, empieza a ser común que en los momentos de máximo dolor, los pacientes se aferren a su smartphone como buscando alivio. Han nota que lo mismo sucedía antes, pero uno se aferraba a la mano o al pecho de alguien. Este es el patrón cuando se enfrenta alguna dificultad, alguna prueba que nos produce disgusto en el mundo real: nos retiramos al terreno seguro de nuestro mundo digital, al universo en las pantallas, donde sabemos que nos aguarda una fácil descarga de dopamina, una nueva dosis de todas esas cosas que nos han gustado antes, sin tener que hacer esfuerzo y sin exponernos a lo impredecible, a lo incalculable que son los seres humanos.

Jonathan Rivera Ch.
https://hjck.com/libros/no-cosas-el-nuevo-libro-de-byung-chul-han





Byung-Chul Han (Seúl, 1959) es un autor coreano con residencia en Alemania conocido por sus ensayos dedicados a la filosofía.





En los años 80 se trasladó a Alemania y estudió filosofía en la Universidad de Friburgo y literatura alemana y teología en la Univerdad de Munich. En 1994 se doctoró y en 2000 se incorporó al Departamento de Filosofía de la Universidad de Basilea. En 2010 se convirtió en miembro de la facultad Staatliche Hochschule für Gestaltung Karlsruhe. Desde 2012 es profesor de estudios de filosofía y estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín.

Es considerado como uno de los filósofos más destacables del pensamiento contemporáneo por su crítica al capitalismo, la tecnología, la sociedad del trabajo y la hipertransparencia.

Ha publicado más de quince libros de ensayo y numerosos artículos, todos en alemán, entre los que destacan: La sociedad del cansancio, La sociedad de la transparencia, La expulsión de lo distinto, En el enjambre, Psicopolítica, Buen entrenamiento, La agonía de Eros, Hiperculturalidad, Muerte y alteridad, La salvación de lo bello, Sobre el poder, Hegel y el poder: el ensayo sobre la amabilidad.



Byung-Chul Han: 'Pensar es la actividad más peligrosa'

ENTREVISTA AL FILÓSOFO SURCOREANO BYUNG-CHUL HAN 

REALIZADA POR LA REVISTA ALEMANA ZEIT WISSEN   

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ZEIT Wissen: ¿Qué papel juegan las tecnologías de Big Data?

Han: Uno importante, porque Big Data no solo se usa para vigilancia, sino particularmente para controlar el comportamiento humano. Y si el comportamiento humano está siendo controlado, si las decisiones que tomamos al sentirnos libres somos totalmente manipuladas, entonces nuestro libre albedrío está en peligro. En otras palabras, Big Data desafía nuestro libre albedrío.    [seguir leyendo]